19 dic 2009

LAS DOS FACETAS DE SHAKIRA


Sin temor a equivocarme, me atrevo a asegurar que hoy por hoy la figura latinoamericana más importante en todo el planeta es la colombiana Shakira. Está, incuestionablemente, en lo que podríamos llamar las ligas mayores internacionales.

Me da gusto, ¡vaya que si la mujer ha trabajado!, se lo merece. La recuerdo muy bien, cuando hace ya muchos años llegó por primera vez a México, con su disco Pies descalzos bajo el hombro. Era tímida, fachosa y con un semblante de susto ante las entrevistas. Su primer éxito en nuestro país, “Y estoy aquí”, sorprendió a propios y extraños… nos dimos cuenta de que una artista fuera de serie estaba naciendo.

Vinieron muchos éxitos, sin freno, sin tregua. Por supuesto que ella fue creciendo en todos los sentidos con el pasar del calendario.

Me sorprendió cuando apareció por primera vez en la portada de la revista Rolling Stone, la versión estadunidense de la publicación musical más importante del mundo. Su internacionalización era inminente.

La penosa chamaca que había llegado a México hace mucho tiempo se fue transformando. En cada disco que lanzaba percibíamos una mayor evolución, un crecimiento, una marcada línea ascendente que, sin duda, continúa… es difícil predecir hasta dónde llegará, pero en su caso “el cielo es el límite”.

Vaya momento cuando cantó, ni más ni menos que en la final de la Copa del Mundo de Alemania… un reconocimiento-triunfo, sensacional para su carrera.

Ahora, yo veo claramente en Shakira dos facetas, me queda muy claro con su disco más reciente, La Loba.

Por una parte, con su disco, en el escenario, vemos a una Shakira “agresiva”, sensual, con un porte de artista inalcanzable. Es una artista espectacular, una mujer-show, nos da la imagen de una diva inalcanzable…

Por otra parte, Shakira sigue siendo la mujer colombiana, la latinoamericana, que no deja de pelear por un mundo con mayor justicia, una voz autorizada para poderle exigir a los “poderosos” ayuda, principalmente para los niños que viven en una situación dramática, preocupante.

Hay dos Shakiras, sin embargo, estas dos se llevan muy bien, caminan juntas de la mano con gran armonía.

Me encanta poder presenciar a una artista de ese tamaño, es un lujo el haber sido, a lo largo de mi trayectoria en los medios de comunicación, testigo de una superación tan clara como la que ha tenido la colombiana, me obliga a “ponerme de pie” al comprobar que no olvida de dónde viene y que no haya perdido ese sentido social que explota de manera acertada con su incontrolable fama.

Es una gran mujer, una de época, alguien que ya se ganó un lugar en la historia de las grandes, en todos los sentidos.

Conserva esa sonrisa cálida de siempre, aunque sus peinados, sus vestidos y sus maquillajes parezcan frívolos y fríos, ella sigue siendo Shakira, la colombianita, la que se conmueve al ver a un niño llorar.

Es una tipaza, una gran artista. Se merece el éxito que tiene, y mucho, mucho más.

No hay comentarios: