27 jul 2008


NOTA DE SHAKI PARA LA REVISTA ELENCO

Estuvimos una semana con ella en Madrid y nos dio la entrevista más personal de su vida. Shakira abrió su corazón durante dos horas y media, y habló de lo que nunca antes había revelado.
El encuentro fue una sucesión de carcajadas, entre las que nuestra artista más internacional, una de las más grandes del firmamento mundial, nos dejó comprobar que es una mujer sin máscaras. Shakira abrió su corazón durante dos horas y media, y habló de lo que nunca antes había revelado. Un voto de confianza para los lectores de elenco, en su primera portada. Una conversación en una tarde veraniega de Madrid, acabando de aterrizar de Las Bahamas, mientras preparaba su concierto de Rock in Rio y antes de salir para Londres, donde seguirá grabando el disco que lanzará el año que viene.



Toc, toc... suave, así se escuchó, y al otro lado, al abrir la puerta, la sonrisa ingenua, los ojos expresivos y una cara iluminada, brillantísima, con la luz de los que viven en medio del éxito. Era la misma Shakira, aquella a la que había tratado de llegar durante tres meses, por la que había tenido que asistir a tres reuniones previas con sus más cercanos, por la que ya se habían hecho una y mil llamadas en el afán de coordinar su agenda y por la que el equipo de elenco había cruzado el océano. Primero la cita era en Las Bahamas, donde estaba encerrada componiendo su nuevo disco, luego se habló de Miami y finalmente volamos a Madrid. "Te recibe allá porque tendrá más tiempo para la charla", dijo Rodrigo Beltrán, su contacto en Colombia. "Y porque estará más tranquila, justo antes de participar en Rock in Rio -el mismo día que Amy Winehouse y Jamiroquai actuarían-", me reconfirmó su cuñado, Aito de la Rúa, el encargado de la prensa en todos los países de habla hispana.Y en la habitación 723 del hotel Puerta de América, con el sol de un verano intenso metiéndose por la ventana, la melena rizada y amarilla de la barranquillera resaltaba sobre el blanco purísimo del cuarto circular.


Despojada de cualquier atributo de fastidiosa celebridad, pero sin perder ese extraño brillo que nos recordaba que se trataba de una grande, Shakira aceptó meterse en la ducha para posar: "¿Allí?". "Sí -respondió Humberto Quevedo-, es que esto nos funciona como una perfecta caja de luz". Y así fue. Permitiendo el juego cómplice que invadió el ambiente, la cantante se fue relajando y coqueteó con su pelo. Más tarde, sobre el sofá negro y de formas redondeadas, Shakira fue picando trozos de mango y piña para evadir el hambre. Eran las cuatro de la tarde y aún no pasaba bocado. Ya estábamos solos. Antonio, su amor, y Gaby, su asistente argentina, se habían ido.Y '¡crash!', la copa de agua se fue contra el piso: "Eso es buena suerte", añadió mientras se quitó los zapatos y se acomodó como si estuviera en una charla con esos viejos amigos de sus primeros años. "Yo también me los quito", dije, y tras mirarla largamente le apunté con la grabadora.



¿Qué queda de la niña que a los 4 años componía?
Mucho. Soy una mujer de 31 años que no se pierde una película de Harry Potter. Y por cada libro de Potter, intento compensar y me leo un tomo de los reyes de Francia. Tengo un puente construido, sólido, hacia un mundo de fantasía y mis recuerdos infantiles. Un puente como el de Terabithia, que cruzo cada que puedo desde mi vida adulta a ese mundo de fantasía y recuerdos infantiles. Y ahí sueño con la posibilidad de que haya gnomos en el jardín de mi casa de Las Bahamas. A veces me quedo observando el pasto y fantaseo con esa posibilidad. A veces me siento como una niña de 8 años, pero con la responsabilidad de una mujer de 31.



¿Qué viene a tu cabeza cuando recuerdas esa vez que tus papás te llevaron al parque Suri Salcedo, de Barranquilla?
El día en que me enteré de la crisis financiera. Mi papá y mi mamá habían perdido sus negocios. Yo tenía unos 7 u 8 años y estaba muy frustrada pues me di cuenta de que mi vida no iba a ser igual. Entonces me llevaron al Suri Salcedo para mostrarme una realidad aún más dura que la mía. Y me impactó ver niños aspirando pegante para olvidar el hambre, niños huérfanos, desamparados. Fue tan fuerte que me obsesioné con la idea de hacer algo, algún día, por estos niños. Por eso, cuando decidí a los 18 años crear Pies Descalzos, el eje siempre fue la niñez desprotegida. Y a medida que fueron pasando los años y el número de desplazados en Colombia fue aumentando, llamé a María Emma (Mejía) y me propuse aumentar el apoyo que en ese momento les estaba dando a los niños lo que obtenía de mis propias presentaciones. Y ella ha realizado una labor impecable, que me hace quererla y admirarla. Para mí es importantísimo saber qué está pasando con cada uno de estos niños; porque los conozco, sé sus nombres y sus historias. Se han vuelto algo esencial en mi vida, algo casi adictivo. Por eso recomiendo a todo el que pueda, en la medida de sus posibilidades, ayudar a un niño.



¿Qué frases, qué miradas recuerdas de estos niños?
Hay tantas historias que me han hecho llorar de alegría... Como la de Ángel, un niño que trabajaba en el mercado de Bogotá cargando bultos. Conocimos al papá y le ofrecimos que lo mandara a una de nuestras escuelas para alimentarlo. Porque la fundación no solo construye escuelas y proporciona la educación sino también el acompañamiento sicológico y sobre todo la alimentación. Un niño no puede aprender con el estómago vacío. Y cuando le ofreces un plato de comida al niño, el padre se siente incentivado para que vaya a la escuela en vez de trabajar. Este niño, hoy no trabaja más; estudia y le va muy bien. Cuando comenzamos a trabajar en el Chocó, los niños no habían probado ni siquiera el sabor de la carne. Hoy no tenemos ningún niño mal nutrido en nuestras escuelas. A algunos, por el estado en el que entraron, ya la desnutrición les había hecho un daño grande. Es el caso de Wilson, que no va a crecer más, o Forley, que está en silla de ruedas pero que se ha superado, está en cuarto grado y es líder en su clase.


¿Y el alumno estrella?
Héctor Horacio, que fue el número 14 en las pruebas del Icfes y ahora está becado en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, estudiando biología. Lo más bonito de todo es que este niño, que venía de una historia muy dramática y de pobreza extrema, está estudiando para ser un profesional y regresar a las escuelas a ayudar para devolver un poco de lo que ha recibido. Cuando ofrecemos una oportunidad a un niño desprotegido, estamos rompiendo el círculo vicioso de la pobreza; pero también le estamos dando las herramientas para que la comunidad se sienta más inspirada. La inspiración se contagia.


Esa es solo una parte de tu labor social, la otra es Alas con sus conciertos...
Lo que logramos con estos conciertos fue que 400 mil personas asistieran. Que más de 30 artistas se reunieran en los escenarios alrededor de una misma causa, que uniéramos nuestras voces y las usáramos a favor de aquellos que no pueden usar las suyas. Concientizar e informar sobre la importancia de invertir en el sector infantil más vulnerable, desde la más tierna infancia, desde el vientre, algo que hoy se llama desarrollo infantil temprano. En Latinoamérica, ni los gobiernos ni el sector privado están invirtiendo en niños de los 0 a 5 años, que están en la etapa crucial, pues son los años en los que se forma su cerebro. Si no los nutrimos, si no los estimulamos lo suficiente, luego tendrán limitaciones para aprender y, más adelante, limitaciones para tener trabajos dignos. Lo que viene es organizar las inversiones que comprometieron varios empresarios como Carlos Slim y Howard Buffet. La idea es, antes de fin de año, anunciar un compromiso aún mayor de los gobiernos. Ahora los gobiernos tienen que hacer su parte, aumentar su inversión en desarrollo y estimulación. Me da un poquito de miedo todo esto, pues sé que son muchas las expectativas y no somos una maquinaria política sino artistas unidos movilizando la sociedad.


¿Cuánto recaudaron?
Es importante que se aclare que los recursos obtenidos no son manejados por Alas. Solo somos el medio para movilizar. Esos 200 millones de dólares en los que se comprometieron los empresarios, los invertirán a través de una serie de fundaciones que ya existen.

¿No te sientes un poco mamá de todos estos muchachitos?
Sí, la verdad que sí. Siento que tengo 5.000 hijos adoptivos. Y en el 2009 tendré 6.500, cuando se termine la construcción del colegio de Barranquilla. Es una oportunidad que me ha dado la vida, y la agradezco pues me genera una inmensa felicidad; pocas cosas pueden igualar eso.


¿Te llena tanto o más que estar en un escenario?
Ja, ja, ja... Son dos cosas distintas. He tenido la suerte de vivir de lo que canto, de lo que pienso y de lo que creo, y es una emoción muy grande estar sobre un escenario y conectarme con tantas personas y saber que millones y millones se identifican con un sentimiento que es muy personal y que he expresado en una canción. Durante la gira de Fijación oral, uno de los momentos más emocionantes siempre ha sido cuando suena el clarinete y yo digo: 'En Barranquilla se baila así', y todos lo repiten, sean alemanes o suizos, árabes o estadounidenses. Y cuando me encuentro con estos niños y veo sus progresos y veo que la posibilidad de educarse y alimentarse está transformando sus vidas, pienso que mañana serán elementos productivo para la sociedad y que lograrán sus sueños como yo logré los míos... ¡eso es una gran alegría!


¿Para tener ese bebé biológico es necesario casarse?
No creo... (piensa y suelta una carcajada)... no creo... Hay un aspecto del matrimonio que me asusta y te lo voy a confesar: Antonio y yo estamos comprometidos hace tiempo (ocho años). Pero el matrimonio me asusta porque me parece más romántico ser la novia eterna, que el hombre se esfuerce, que no se duerma en sus laureles. Hay algo en eso de vivir en pareja y no casarse que alimenta el deseo. Para qué arreglar lo que no se ha dañado. Para qué lo vamos a tocar.


Pero todo el mundo insiste en casarlos...
Me casan, me divorcian... pero no ha habido planes de boda en ningún momento, solamente el compromiso y el anillo que me dio en el momento en que me pidió matrimonio. No nos hemos sentado a hacer la lista de invitados precisamente por eso; porque es algo de lo que intento convencerlo a él. Él sí se quiere casar. Nada más hace 15 días me estaba diciendo: '¡Vamos a casarnos!, ja, ja, ja. Pero al mismo tiempo también entiende mi posición.


¿Y el hecho de no casarse, ¿no tiene que ver con el momento de tu carrera?
Sinceramente, te lo digo así ya porque me toca, porque me están preguntando tanto... La verdad es esa, que a mí me da miedo crear una seguridad falsa y dormirnos sobre nuestros laureles. Me parece más romántico ser su novia eterna y tener sus hijos y conformar una familia con él.


Sería terrible organizar el matrimonio...
Sí, ¡Olvídate! ¿Y cómo hacemos para que no lleguen las cámaras? Porque yo no quiero salir vestida de novia en ninguna portada. Esa es la razón número uno por la que no me caso.

¿Cómo ves la vida en pareja?
Quiero decir que ya no soy tradicionalista ni tengo una visión clásica de la vida en pareja. La veo de otra forma. Creo que la institución del matrimonio no existió siempre en la sociedad sino que se inventó mucho tiempo después. Y es parte de la sociedad en la que vivimos.

¿Cómo es la relación?
Maravillosa, muy profunda, estamos muy unidos. La verdad es que no quisiera arruinarla con el matrimonio.

¿Los chismes han puesto en peligro esa relación en algún momento?
No, para nada.


¿Cuál es la base de la confianza para que fotos como las que han circulado no provoquen una crisis?
Al contrario; ante cosas así, nos unimos más porque... Bueno, primero que todo, lo nuestro no es una cárcel sino una relación. Creo firmemente en las libertades individuales. Y nuestra relación está fundamentada en la libertad y en la confianza, en la fidelidad mutua y en el amor que nos tenemos y nos ha sostenido hasta ahora y por encima de cualquier cosa. El deseo no puede crecer si no hay libertad. Para mí, la libertad y la confianza son el caldo de cultivo del deseo. Obviamente, la prensa siempre puede sacar algo de contexto. Antonio estaba en un cumpleaños, a él se le acercan muchas personas y además de que es lindo... ja, ja, ja, para mí es lindo... es un hombre atractivo... Obviamente las mujeres se le acercan y él tiene que atenderlas, así como a mí se me acercan muchos hombres y mujeres todo el tiempo. Y soy cariñosa en mi trato con la gente.


Alguna vez dijiste que la infidelidad sería motivo de rompimiento...
Creo que no se puede ser tan radical. Hoy pienso que sería una situación muy dolorosa. No me imagino en esa situación con Antonio, en ocho años no me ha dado motivos. No sé cómo reaccionaría. Me parece ridículo decir que es motivo de rompimiento, pues uno no sabe si el amor por esa persona es mucho más grande que tu orgullo. Quién sabe la coyuntura de cada relación, si a lo mejor están faltando cosas. La infidelidad no es un acto criminal, no creo que alguien deba ser condenado por ser infiel; pero sí creo que lastima las relaciones y es difícil reponerse a eso. Hay parejas que lo logran y otras no, pero hasta ahora no nos ha pasado.


Además de quererte, ¿Antonio qué hace?
Yo soy muy abierta a la prensa y siempre lo he sido. A Antonio no le interesa estarse explicando, siente que no es una estrella del pop y no tiene discos qué vender. Siempre ha sido muy reservado y no se dedica a autopromocionarse. Él y yo vivimos juntos en Las Bahamas, pero pasa mucho tiempo en Nueva York trabajando. Allí está su base. Tiene sus propios negocios por fuera de lo que hacemos juntos. Antonio, desde hace seis años, decidió encargarse de todos mis asuntos artísticos. Tomamos juntos todas las decisiones, es mi mayor apoyo y maneja mis contratos. Desde que se encargó, mi carrera no ha ido sino en ascenso. Ha hecho un gran trabajo conmigo como pareja, cuidándome, protegiéndome. Hay otra parte, que es lo que son sus negocios. Tiene su socio en Nueva York y trabaja con un fondo de inversiones. Están desarrollando un proyecto, una isla en Las Bahamas, es su negocio de finca raíz, que conozco, por supuesto, pero no me meto día a día en lo que hace. Este año fue productor ejecutivo de los conciertos de Alas, fue de los que más empujaron y eso se les puede preguntar a Alejandro Santodomingo, a Carlos Slim, a Alejandro Sanz. Los conciertos no se hubieran dado si no tenemos a Antonio detrás, insistiendo; porque no es fácil poner de acuerdo a más de 30 artistas en una misma fecha, a tantos empresarios, al gobierno de una ciudad para que dé los permisos para hacer los conciertos.

¿Cuando estás fuera y oyes la voz de Antonio al teléfono, ¿qué te pasa por el cuerpo?
¡Ah!, ja, ja, ja... Digo, '¡qué vozarrón, qué macho!'. Porque además tiene una voz imponente y cuando la oigo desde lejos, digo: 'Ahí viene Antonio'.


¿Qué es lo que más extrañas cuando no estás con él?
Su pecho, donde reclino mi cabeza y encuentro paz. Él me da una paz y una serenidad que he aprendido a través de él; porque calma los momentos más tormentosos, serena la tempestad.

¿No crees que se tomó a la ligera la decisión de no ir a Cúcuta, al concierto de La Frontera?
La verdad, se me avisó con muy poca antelación y no fue posible mover los compromisos que ya tenía establecidos. Lo intenté hasta último momento. Por ejemplo, Juanes no pudo ir al concierto de Alas, se le presentó un inconveniente y eso es normal. A los artistas nos pasa, no podemos estar en todas partes, por lo menos no hasta que se invente la clonación, ja, ja, ja... Al final, ya se habían normalizado las relaciones entre los dos mandatarios, Chávez y Uribe. Ahí no había una urgencia de mi presencia y el concierto había tomado otra significación, era para celebrar el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas. Pero fue un gran gesto, me hubiera gustado estar allí con mis colegas y con Juanes. Lo que sí creo es que sería urgente e importante hacer un concierto por nuestra propia paz, por la paz interna de Colombia; por todas esas miles de personas que están en cautiverio y sufriendo la pérdida de la libertad. Me gustaría y sueño con que exista una movilización de artistas por la paz.

¿La abanderarías?
Por supuesto, es algo urgente; ahí cancelo hasta al Papa. Haría todo lo que sea posible por alcanzar esa paz definitiva desde mi humilde lugar de artista, pero con pasión y convicción.


¿Y es posible lograr la paz en Colombia, con un conflicto que lleva más de 50 años?
Sí, creo que lo es y que no solamente hay un camino para llegar a la paz, sino varios. Creo que tenemos que ponernos de acuerdo y desearlo intensamente. Pero más allá de eso que parece romántico, hay que sembrar las semillas del mañana. La educación es un arma poderosísima en la estrategia para la paz. Sabemos que una persona que tiene pocas opciones de estudiar, de alimentarse, que no tiene oportunidades en la vida, tiene más posibilidades de unirse a un grupo armado, de terminar en negocios oscuros, en el crimen.


¿Qué significa para Colombia, su situación y su futuro la liberación de Ingrid (Betancourt) y los otros 14 secuestrados?
La posibilidad de volver a soñar con una paz estable y definitiva y la fuerza para no detenerse hasta que todos los rehenes sean liberados.


¿Qué palabras vienen a la cabeza cuando oyes el nombre de Ingrid?
Admiración, valentía, inteligencia, sensibilidad, orgullo...

¿Ha cambiado en algo la situación del país durante estos años?
Creo que se han logrado grandes avances hacia la paz. Colombia es percibida hoy en el mundo como un país atractivo para la inversión extranjera, cada vez hay más gente que nos visita, que se siente segura en el país. El Presidente ha hecho una muy buena gestión, ha generado confianza en los colombianos.


¿En qué notas eso?
Hace 8 ó 9 años, cuando comencé a expandirme a los mercados anglos, en las primeras entrevistas hacían muchos chistes, había sarcasmo cuando se enteraban de que era colombiana: 'Tú eres el segundo producto de exportación después de la cocaína'. Cuando sabían mi procedencia, me preguntaban: '¿Qué me trajiste?'. Colombia no era asociada con nada positivo. Eso ha cambiado. Hoy los periodistas extranjeros me mencionan la belleza de las colombianas, otros hablan de ciudades como Cartagena, de la amabilidad del colombiano, de la alegría de nuestra gente, la cultura, el manejo del idioma, la música... Soy muy optimista cuando veo mi país y siento que si hacemos un esfuerzo colectivo, podemos acercarnos a una paz duradera.


¿Cuáles son los desafíos que tenemos?
Son muchos: tres millones de desplazados por la violencia, de los que no nos podemos olvidar; dos millones y medio de niños que no asisten a la escuela... invertir en la gente, en esa sociedad que necesita una oportunidad, que ha sido azotada desde la colonia, porque ser colonia nos ha costado muy caro, ha significado conformarnos con una realidad que heredamos, con clases oligárquicas que gobernaron durante tantos años. La generación actual de colombianos y colombianas desea salir de la invisibilidad para transformar nuestra realidad.


Hoy, cuando te miras al espejo y ves que tu sueño de ser grande se hizo realidad, ¿qué piensas, qué viene?
¡Uff!... Mantenerme ahí, creativa. A mí se me olvida que soy una celebridad. La mayor parte del día no me acuerdo, a menos que haya un flash de una cámara o alguien que me pida un autógrafo. Me siento una obrera de lo que hago, así como una secretaria quiere redactar su mejor carta o un chef quiere preparar su mejor plato. Así construyo una carrera de 18 años, ladrillo a ladrillo, con sudor, con esfuerzo y bajo el sol. Eso me permite mirar hacia atrás y disfrutar los logros obtenidos; pero hay más...


¿Qué?
Aún sueño con esa canción que no he escrito, ¿cuándo vendrá esa canción?, la canción perfecta... ¿Dónde está? En algún lugar dentro de mí debe estar. Y ahora la estoy buscando.


¿Cómo es esa canción?
La han logrado pocos: Bob Marley, John Lennon. Son canciones a las que no tienes absolutamente nada que cambiarles, así pasen cien años. La lograron Mozart, Beethoven, Bach...

¿Cuáles son esas canciones perfectas?
Imagine, de Lennon; No Woman no Cry, de Marley...


Hoy conoces a tantos que siendo niña admirabas...
Bueno, a los 8 años yo estaba enamorada de Miguel Bosé, ja, ja, ja... y a veces no puedo creer que ya no sueño con él sino junto con él proyectos como el de Alas. Ahí es cuando te das cuenta de que la vida es una asociación de paradojas y sorpresas, y de pequeños milagros. Por ejemplo, cuando trabajé con Beyoncé, estaba nerviosísima. Ella fue la que me llamó, quien me pidió que cantara con ella, que bailara, que estuviera en el video. Me parece una reina total en lo que hace y no quería defraudarla. Pero lo más bonito de colaborar con un artista es lo que se aprende. Aprendí mucho de ella, de Alejandro (Sanz), de (Gustavo) Cerati.

¿Y el nuevo disco?
¡Hum, la inspiración!... lo tendremos a mediados del año que viene. Porque siempre me demoro escribiendo. Ya he escrito como 30 canciones, pero sigo buscando un par más.


¿En qué andas?
Viajo a Londres para reunirme con algunos productores; pero yo me encargo de la producción general. Hay mucho trabajo, como cuidarme, seguir escribiendo, buscar un sonido superior al del álbum anterior... superarme, ese es el desafío.


¿Y las temáticas?
Ja, ja, ja, coherentes con una mujer de 31 años. No voy a hablar de lo que dicen los pollitos. Hablo de otras cosas que me poseen hoy, que habitan mi cuerpo y mis sensaciones.

¿Cómo cuales?
Ja, ja, ja, no sé... Es un poco prematuro hablar de eso todavía

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